La realidad moral es constitutivamente humana, o a la inversa, que la realidad humana es constitutivamente moral. Para el caso de este rasgo de la condición humana, cabe aclarar que no se trata de un mero ideal, sino de una necesidad planteada por la propia naturaleza del ser humano, en tanto ser indeterminado, ambiguo y contradictorio es.
Para el caso de los animales, las respuestas que estos ofrecen al medio ambiente son siempre de carácter mecánico y univoco. Mientras en los animales hay siempre respuestas unidireccionales y repetibles mecánicamente, en el ser humano la respuesta no se produce de forma automática, y en esta no determinación de la respuesta, se produce el primer momento básico de la libertad.
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