Cuando se afirma que el hombre, y nadie mas que el, constituye la fuente única de sus propias decisiones, se presenta como una de las posturas mas sugerentes y consistentes en torno al problema de la libertad. Desde esta perspectiva no se niega ni el determinismo ni el indeterminismo.
El hombre posee una estructura moral, que consiste precisamente en esa facultad para ser libre, es decir, para preferir y optar ante las diferentes situaciones que se le plantean en el curso de la vida. La moral como estructura, significa que todo acto humano, verdaderamente justificado, tiene que ser justo, es decir, ajustado a la realidad; por lo que aquí la justificación se entiende como ajustamiento del ser humano. En el moral como contenido, se concibe a la justificación como justicia.
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